miércoles, 10 de febrero de 2010

Piden trabajo digno para las y los jóvenes en América Latina

* Llamado de la OIT a los gobiernos

Cirenia Celestino CIMAC
México, DF, 10 feb 10

Con el fin de ayudar a los jóvenes latinoamericanos a recuperase de la crisis económica, la Organización internacional del Trabajo (OIT) hizo un llamado a elaborar y aplicar estrategias que les proporcionen un trabajo digno y productivo, como parte de las metas de los países miembros de las Naciones Unidas para este milenio.
En su informe sobre Trabajo Decente y Juventud en América Latina, publicado en febrero de 2010, el organismo, con oficina regional para América Latina y el Caribe en Lima, Perú, dio a conocer los efectos de la crisis en la situación laboral de los 104 millones de jóvenes que en épocas de crisis, son los primeros en sufrir los efectos contrarios y los últimos en integrarse a la recuperación.
La reciente crisis impactó la situación laboral, ahora se contrata menos. Además, un joven que inicia su trayectoria laboral prematuramente, probablemente no ha completado una educación suficiente y por tanto trabajará a cambio de una escasa remuneración y con pocas expectativas de progreso, advierte el informe.
Según las encuestas de hogares del 2008, reveladas por la OIT, en América Latina, el 34 por ciento de jóvenes son estudiantes de tiempo completo, de quienes se debe evitar su deserción, y el trabajo no debería ser un obstáculo para que los jóvenes completen su formación.
En las familias de bajos ingresos, donde la disponibilidad monetaria es indispensable para alimentarse, el trabajo se vuelve una necesidad urgente, independientemente de las intenciones de proseguir estudios, reveló el estudio.
DESEMPLEO EN LATINOAMÉRICA
Según este informe, el desempleo va de la mano en países con elevada población en las áreas rurales y fuerte componente agrícola, en donde no existen muchas posibilidades de buscar trabajo asalariado.
Algunas causas del desempleo juvenil es que son los más fáciles de despedir y los más difíciles de contratar, pues los empleadores prefieren contratar adultos con mayores responsabilidades familiares. Los jóvenes son empleados en su mayoría a un plazo determinado y sin garantías de permanencia.
En 2008 más de la mitad de los asalariados jóvenes (51.9 por ciento) no tenían contrato de trabajo y el 34.0 por ciento tenían contratos temporales. Las encuestas de hogares para Latinoamérica retomadas en este informe, muestran que el desempleo juvenil total (urbano y rural en 2008) llega a 13.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) frente al 4.5 por ciento de los adultos, casi el triple.
Esto es alrededor del 20 por ciento en los casos de Brasil, Chile, Colombia y Uruguay. En Chile, Ecuador y México, el desempleo se ha incrementado tres puntos de 2008 a 2009, cabe mencionar que cada punto porcentual equivale a medio millón adicional de jóvenes en búsqueda de trabajo.
La base del Empleo Juvenil, muestra que en el año 2008 había 44.3 millones de jóvenes (47 por ciento del total) estudiando, y de ellos, 12.6 millones (13 por ciento) además de estudiar, trabajaban y 6 millones de jóvenes no trabajan, no estudian, no están buscando empleo y son jóvenes urbanos.
De los jóvenes empleados, solamente 35.1 por ciento de los ocupados (15 de 43.2 millones) tienen seguro de salud y 32 por ciento está en algún sistema de pensiones. De los asalariados (24.2 millones), solamente 14 por ciento (3.4) tienen un contrato de trabajo estable, es decir, que según el mismo informe, el empleo estable se vuelve un privilegio.
La última edición del Panorama Laboral de la Oficina Regional de OIT, 2009, muestra que en Brasil, el desempleo, llegaba al 28.9 por ciento, para el tramo 15-17 años; en Chile la tasa de desempleo para el tramo de 15-19 años es de 30.3 por ciento. En Colombia esta tasa es de 24.1 por ciento para las edades 14-26 años, para el Ecuador 17.5 por ciento para las edades 15-24 años. Y en México, para los 14-24 años la tasa de desempleo es ahora 10.3 (y fue 5.3 por ciento en el año 2000).
ACCIONES CONTRA EL DESEMPLEO
La OIT, conjuntamente con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), ha tomado acciones concretas para combatir la crisis. Destaca el Pacto Mundial para el Empleo adoptado en 2009 en la 98ª Conferencia Internacional del Trabajo, pacto que recalca la necesidad de recuperar y crear empleos con el respaldo de las empresas.
El Pacto Mundial para el Empleo es un compromiso internacional que promueve el trabajo productivo, decente y digno, y resalta el respeto de los derechos laborales, la igualdad de género y en la participación de los jóvenes.
En este marco, todos los países han adoptado medidas salariales, como estímulos fiscales a la contratación (Argentina, Chile, México, Nicaragua, Panamá), educativos y de capacitación y reconversión laboral (Costa Rica, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay) y a los programas de transferencias condicionadas, presentes en la mayoría de los países de la Región.
Varios países han elaborado y están por aprobar Planes de Acción Nacional en Empleo Juvenil (PAN) y Organismos Oficiales de Juventud. LA OIT recalca la importancia de redes nacionales e internacionales, además del trabajo conjunto de los Ministerios o Secretarías de Trabajo y los Organismos Oficiales de Juventud.
El informe de la OIT recomienda promover dentro del marco legal la contratación de jóvenes, políticas de educación y empleo que involucren a los jóvenes como actores de su propio desarrollo.

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