sábado, 13 de enero de 2018

Inflación impacta en economía de mujeres en México

  • Más del 60 por ciento tiene trabajos precarios
Sonia Gerth
Cimacnoticias

Ciudad de México.- La liberación del precio del gas en 2017 y la constante devaluación del peso frente al dólar estadounidense fueron las principales razones para que el año pasado cerrara con una inflación de 6.77 por ciento, la mayor puntuación en 17 años.

Este desarrollo económico tiene graves efectos para las mujeres en el país. El último reporte sobre pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), indicó que en 2016, 53.4 millones de mexicanas y mexicanos, o 43.6 por ciento, vivían en condiciones de pobreza.

En comunidades indígenas, y en zonas rurales, las tasas de pobreza eran las más altas. En general, las mujeres, representaban 44 por ciento de las afectadas. Pero aún para las mujeres que no caen en esta categoría, el aumento de los precios en servicios y productos es un grave problema.

“Más del 60 por ciento de las mujeres que trabajan están en la precariedad”, explicó Maria Luisa González Marín, experta en economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El aumento de los precios les pega más duro, porque las familias más pobres gastan un porcentaje alto de sus ingresos en alimentación. Cifras de organismos internacionales sustentan esa posición.

México tiene una muy alta tasa de empleos informales, y las personas que laboran dentro de este sector tienen menos acceso al seguro social y las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar informalmente. En palabras de la OCDE, según su último informe sobre el país en 2017, “la elevada informalidad está estrechamente relacionada con la pobreza y las desigualdades de género”.

Hay mucho menos mujeres que forman parte del mercado laboral, solamente son 44 por ciento, comparado con 78 por ciento de los hombres, según la OCDE. Como resultado de esto, y también las diferencias salariales que aún existen, el Foro Económico Global constató que en 2017, las mexicanas ganaron un promedio de 12 mil dólares al año (228 mil 441 pesos): tan sólo la mitad que los hombres.

Por esta razón el incremento de los precios de la tortilla, de los huevos, y del gas, preocuparía más a las mujeres. Ellas tienen menos acceso a la propiedad, a cuentas de ahorro, y a créditos.

“Las mujeres no tienen ahorros para solventar un aumento tan grande en alimentos. Van a tener que bajar de calidad, o buscar otra forma de mantener a su familia, por ejemplo vendiendo comida, tejidos, o ropa, lo que implica tener una triple jornada laboral,” estimó Maria Luisa González Marín.

Esta semana, dos colegas suyas del Instituto de Investigaciones Económicas reportaron que una persona que percibe un salario mínimo debía trabajar 24 horas y 31 minutos al día para adquirir la canasta básica, mientras que al inicio del sexenio de Peña Nieto, se necesitaban 21 horas y 13 minutos.

Y esta cifra podría empeorar, ya que el precio del gas sigue siendo volátil, y las y los economistas ven como un riesgo al valor del peso las renovadas negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Aunque expertas y expertos estiman que la tasa de inflación volverá a bajar este año, eso no será el caso para la canasta básica, porque México es altamente dependiente de productos importados como el maíz, frijol, y arroz, dijo González Marín, quien advirtió que “eso va ocasionar una miseria mayor.”

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